24.02

El 24 de febrero de 2022 pasará a la historia, no sólo como el día en que Rusia desencadenó la invasión total de Ucrania, escalando enormemente el conflicto que orquestó por primera vez en 2014 hasta convertirlo en una guerra abierta que ahora amenaza la libertad y la prosperidad de todos los europeos. Para millones de ciudadanos ucranianos, esta fecha es el momento en que sus vidas dieron un vuelco y se sumieron en una pesadilla que continúa hasta hoy, una lucha interminable por su supervivencia y la de sus familias, por su dignidad, por todo lo que han conseguido en la vida, por el futuro de sus hijos.

Es también la fecha en que el mundo occidental se vio sometido a una gran prueba de solidaridad y humanidad, enfrentado de repente a la decisión de ayudar a Ucrania o permanecer como espectador pasivo, apoyando así los designios revanchistas de la Rusia de Putin. Miles de familias ucranianas, temiendo por sus vidas, huyeron del país en un gran éxodo que comenzó pocas horas después de la invasión, buscando asilo y ayuda de sus vecinos occidentales.

Polonia fue uno de los primeros países en abrir sus fronteras a los ucranianos y es, con diferencia, el país occidental que más refugiados ucranianos ha acogido. Esta exposición es un ensayo fotográfico de lugares donde los destinos humanos se han desarrollado en medio de la tragedia, acompañados de todas las emociones que la guerra evoca: miedo, ansiedad, fatiga, incertidumbre, traumas profundos, así como una gran compasión, corazones abiertos y manos que ayudan. En una palabra: Humanidad.

Esta exposición está dedicada a todos los que están luchando heroicamente por la libertad de Ucrania y ayudando a las víctimas de este conflicto, así como a los refugiados y a todas las personas de buena voluntad.